Odiseo no ha estado en la Luna porque la Luna es un lugar remoto y aburrido

Lo que iba a ser un relato breve se convirtió en una novela de ciento treinta mil palabras, cinco narradores y diez años de escritura. En esa década se desplazaron virus y glaciares, ningún hombre pisó la Luna, guardé objetos que más tarde perdí, nacieron los algoritmos, murió un pontífice y supe que cualquier vida es el relevo de otra anterior, pero lo que se mantuvo siempre fiel, siempre cercano, siempre con la fortaleza de un lingote, fue el pulso de una historia que, al ritmo de dos, tres, cuatro pezuñas, corría veloz para luego ser lentamente contada.

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