ODISEO Y LA CAJA REGISTRADORA

Cuando se vende un libro una parte del precio llega a su autor; otra, al librero que lo ha encargado; una tercera a la distribuidora que lo acercó del almacén a la librería; y una última a la editorial que ha apostado por incluirlo en su colección, y en la editorial a muchas, muchas personas invisibles que visiblemente logran que la editorial exista, pero que en verdad no son tantas, porque los apuros monetarios fomentan el pluriempleo.

Esa larga cadena tiene forma de chip electrónico: es un circuito invisible que sólo se ve en conjunto y cuando sus partes están bien ensambladas. El proceso concluye con la pregunta de si se desea una copia, y ello no deja de ser una metáfora del punto de partida porque, tras cada copia, y aunque sea la de un recibo bancario, se esconde un libro y se inicia una lectura.

Un pensamiento en “ODISEO Y LA CAJA REGISTRADORA

  1. Es un binito recordatorio de que detrás de cada libro hay un entramado de esfuerzos que, como un circuito bien ensamblado, hacen posible que una historia llegue a manos de un lector.
    Cada venta es más que una simple transacción, es el esfuerzo de muchas voluntades trabajando en armonía y la promesa de una nueva lectura que comienza.
    Un abrazo 🌷

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