Soy un viajero sedentario

Tú pones el movimiento. Yo el silencio. Tú todo lo que olvidaste meter en la maleta. Yo mi ausencia en tu portaequipaje. Periscopio de miradas: la ventanilla no baja. De un lado la alegría. Del otro, el reflejo de un drama. En la noche flota un globo de reloj, como de estación austríaca. Un letrerito tiembla -ya somos dos- y anuncia: salida inmediata. Salvo yo, el mundo avanza. Luego el sonido triste de una escalera mecánica. A mi espalda el horizonte te pliega, te traga. Soy un viajero sedentario: la vida avanza solo en tu mirada. Solo.