Hola Paco, ¿qué tal? Si, ya estoy de vuelta, qué viaje, perdí el avión de la mañana, sí, el atasco, cuando llegué a la puerta de embarque el avión estaba aún en pista, llamaron al piloto, pero nada, cogí el avión de las dos, tres horas en el aeropuerto, trabajando, ciento y pico euros el billete, en fin, mira, de dinero te quería comentar, estuve hablando con mi padre, está preocupado porque ve que acaba el año, hay que liquidar la antigua sociedad, empezar a dar algo de actividad a la nueva, facturación, impuestos, el cambio de propiedad, pero macho, estamos a octubre y es ahora cuando se preocupa, no antes, claro, claro, sí, dime, te escucho,… bueno, me alegra saber que tú lo tienes controlado, si te parece podemos organizar una comida, darnos un homenaje, ¿cómo?, ah sí, sí, sí,… claro, con mi padre también, digo, darnos un homenaje, pero lo que te llamaba es para que le dieras un toque en la espalda a mi padre, para que sepa lo que hay ahora mismo, lo que tenemos que hacer, ver los puntos pendientes, y trazar un plan de acción, porque como te decía es octubre, se acaba el año, se pone ahora nervioso pero a su manera, ya lo sabes, por eso te pido que le llames como algo tuyo y le des un toque, y quedamos la próxima semana… sí, sí, ya te decía que vuelvo hoy, de hecho estoy ahora mismo en el autobús yendo al avión, y eso, nos damos un homenaje, de acuerdo, venga te dejo, un abrazo, ciao,… sí, hola papá, qué tal estás, bien, nada, ya volviendo, qué día, perdí el avión de la mañana, ah, ya te lo contó Julián, pues eso, con el atasco llegamos al embarque cuando estaba cerrado, pero el avión aún no había despegado, la chica del mostrador llamó a la cabina pero no hubo manera, doscientos euros la broma, en fin, así que anulé la reunión de la mañana, y solo hemos tenido tiempo de hablar con David Peña, pero ya te cuento en Madrid tranquilamente, mira, te llamaba porque se acaba el año, tenemos que cerrar bien la sociedad, ya lo sabes, que no se nos salte nada al 2015, es algo crítico, sí, sí, ya sé que te preocupa, como a mí, papá, lo que te digo es que a ver si la próxima semana quedamos a comer, nos tomamos algo con Paco,… Paco el abogado papá, y precisamente por eso te llamaba, porque me gustaría que le llamaras y aceleres todo, dale un toque porque veo que el tiempo se nos echa encima, con la administración, luego está traspasar los activos, cerrar el ejercicio contable, liquidar impuestos, ver qué dejamos sin pagar, qué pasamos a la otra sociedad, cambiar los apoderamientos, ponernos Julián y yo, son muchas cosas pequeñas que hay que aclarar, por eso te digo que le pegues un toque, un toque de teléfono pero también de verdad, literalmente, para que se ponga las pilas, cerremos ya la dichosa sociedad y pasemos lo que haga falta a la nueva, exacto, exacto, mira, estoy en la escalerilla ya y te oigo mal, llama por favor a Paco y dale un aviso, ¿ok? Venga,… ¿eh, qué dices? Sí, en una hora, bueno, con la diferencia horaria aterrizaremos a las diez en Madrid… ¿cómo? Sí, sí, todos bien, pero por favor pégale el toque a Paco, vale, vale, venga un abrazo papá.
El hombre a quien he seguido la doble conversación cuelga por fin su teléfono móvil. Le tengo delante de mí en la escalerilla de entrada al avión. Un traje elegante, algo arrugado a la altura de los hombros. Como si supiera que los observo, los sacude sin motivo: no tiene caspa. Llegamos al rellano frente a la puerta de acceso al avión. Es un lugar más amplio y nos ponemos uno al lado del otro. Le espió con la esquina del ojo. Ahora mira en el móvil la página de un periódico deportivo que dice: Triplete de Cristiano frente al Bilbao. Entramos a la claridad amarillenta del avión. Se sienta en primera clase. Con cara de alivio guarda su móvil en la chaqueta. Cruza las piernas y se mira el calcetín izquierdo. Cuando le supero por el pasillo hacia la clase turista, le oigo suspirar: ay, negocios. En el avión se bebe una cerveza y picotea cacahuetes. En Madrid le pierdo de vista para siempre. A él, a su padre estafado, al abogado, y a la empresa que no existirá nunca más. Negocios.