Hay un columpio, dos toboganes, hay
media luna de madres preocupadas.
Hundida en la hierba, la granada de una guerra
por los historiadores olvidada:
choca un balón del último Mundial, explota un gol.
(Carlos hoy vomitó).
Carlos se acerca al explosivo, lo agarra,
lo levanta.
Corre hacia mí con su aliento de seis dientes,
reivindica su hallazgo.
(Carlos deja al señor tranquilo).
(Carlos: ¿qué te he dicho?).
Leo las líneas violentas en sus manos infantiles:
desde niños sabemos lo fácil que es hacer daño.