Un piropo

DSCN3919

Al salir del coche se acerca una mujer. Cada paso la va llenando de años. Próxima, me agarra con una disculpa:
– Te confundí con mi nieto.
– Pues no, lo siento. No soy su nieto -qué extraño es tener que lamentarse de ser uno mismo, y no otro.
– Es que los dos sois muy guapos.
Me temo que el tiempo, aparte de otros estragos, no le ha perdonado la vista; le doy las gracias, porque uno no recibe halagos todos los días.
– Soy vieja para enamorar, pero no para querer -me dice, y se aleja con su reverencia perpetua, apoyando su brazo derecho en un hermoso bastón de colores azul y blanco. Miro su espalda y sé que tengo que escribir esta entrada.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s