Mano adormecida

Mano adormecida,
estría de la agenda:
última reunión.

Noche intermitente.
Bosteza un garaje.
En el retrovisor, un lunar.

Por el pasillo avanza
una generación en zapatillas:
frente a verduras y plasma
el padre quiere ser niño
la madre quiere ser niño
y el niño que lo dejen en paz.
Si los afectos fueran transitivos
el mundo sería un jardín de infancia.

Mano adormecida, se aburre un pulgar.
El gol no debió subir al marcador
y el cupón tocó en otra puerta.
La noche son filos rojos en el salón,
duermevela electrónica y en el pasillo
el regreso a regiones remotas
de habitaciones próximas.

Mano adormecida
que acaricia con desánimo,
que besa por rutina,
que apaga esta luz.

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