Instantáneas de una tarde de viernes

El sombrero del rabino estrecha el bulevar. Dos ancianas, junto al quiosco, se asombran de estar vivas. Ha llegado el tapicero, señora, con precios imbatibles en polipiel, gomaespuma y damasco. En la frutería hay tomates en oferta. En la panadería hay hogazas de masa madre. En mí sólo ganas de ausentarme, de bordearme, de entrar en los cuerpos y en las cosas de todo lo que observo, de crecer y crecer, tomate, pan, sombrero, tapices, edad.

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