Amurallé el corazón con almenas y torres.
Logré la felicidad de quien se alimenta
con la certeza de las reglas aritméticas.
Fui una roca a la que mundo no golpea.
Pero otra vez tu mensaje, a mitad de la noche,
despierta el sonido: trovadores y trompetas.
Una palabra tuya bastará para sanarme,
y tu emoticono derrumba mis protestas.
qué preciosidad Dani…..
Una pasada Dani. Estoy enganchado a tu blog. Algún día nos contarás de dónde viene lo de «Taganana»
¡Muchas gracias de nuevo Javier y Alicia por vuestras palabras! Me hace mucha ilusión que me leáis dos personas con tan buen gusto… ¡y tienes razón, Javier, que un día debo contar la historia (bastante breve) de por qué Taganana! Tendré que inventar una historia para que sea más divertido…