Fue un destello:
el saludo fugaz de dos autobuses que se cruzan,
se miran, se abrazan.
A tus luces quedé pasmado. ¿Eres del barrio?,
dijiste, y abriste el sentido de la vida.
Yo respondí: epifanía de los días.
Pero los labios dijeron: de aquí, de aquí al lado,
y señalé a ningún sitio.
Fue un destello:
la mirada en aspa de dos autobuses
que se iluminarán para siempre.