La obedencia y el sueño

Me dijo: sal de la cama,
no enciendas las luces
ni hagas ruido
y baja al salón.

Era mi padre y bajé al salón.

La escalera estaba a oscuras,
el salón estaba a oscuras
y había luna llena en el jardín.
Me dijo: acércate al cristal.

Era mi padre y fui hacia el cristal.

Me preguntó: ¿lo ves,
junto a las hamacas?
Miré afuera para ver
mi reflejo mirando afuera.

Respondí que no,
repitió la pregunta y
escuché su respuesta:
¡un lobo, es un lobo!

Era un lobo y asentí
antes de cruzar el salón,
subir las escaleras
y volver a la cama.

Deja un comentario